Tributo al empresario pesquero Sr. Luis Barrera Mejía

A continuación con una tercera entrevista al Sr. Luis Barrera Mejía de los más admirados empresarios peruanos pesqueros. En vida, formó parte de la edad de oro de la pesca en el Perú.

Luis Barrera

Visionario y tenaz

Por Roberto Praga G.

LOS DOS ADJETIVOS QUE TITULAN ESTA NOTA, SON CALIFICATIVOS QUE NADIE PODRÍA ESCATIMAR A LUIS BARRERA MEJÍA UNA DE LAS FIGURAS IMPRESCINDIBLES, Y SIN LA QUE ESTARÍA INCOMPLETA LA HISTORIA Y DESARROLLO DE LA INDUSTRIA PESQUERA DEL PERÚ.

En la historia de la pesca peruana hay muchos relatos con sabor a leyenda, de hombres que se hicieron solos, y progresaron con su familia, su comunidad y su país; pero solo en un caso hay consenso en que un personaje atraviesa la historia de la pesca en todos sus niveles y no hay discrepancia sobre la bonhomía de éste: Luis Barrera Mejía.

Luis Barrera Mejía, nació en la caleta de Los Chimus, en el Distrito de Samanco, provincia de Santa, Departamento de Ancash, en el seno de una familia de agricultores. Sin embargo, algo al oeste de su fundo, lo atrajo desde siempre, aunque no lo sabía y ni imaginaba cómo ese algo influiría sobre su vida: el mar.

Problemas familiares hicieron que salga de su casa a los 13 años. Su padre lo buscó varios meses sin éxito. Errante vivió junto al mar. Aprendió todas las formas de pesca: con cala, caña, cordel, espinel y red, y en todas fue experto. El siguiente paso fue remar, siempre adentro. Y así, al cumpir 18 años, y con su metro ochenta de estatura, asumió un reto, trabajar en las islas guaneras del norte.

Fue botero. Transportaba trabajadores de la sierra que iban a explotar las islas. El puesto le quedaba chico. Quería la gran oportunidad. Hasta que finalmente se la dieron, lo incluyeron como tripulante. Luego diversas embarcaciones se lo disputaban. ¿Por qué? Lucho tenía el don.

A los veintitrés años, al joven Luis Barrera le bastaba ver un ave en el cielo para saber por dónde iba un banco de peces; una sombra en el mar para Luis no era una sombra, era la señal específica de un grupo de peces bien identificados. Todo es información para él. El viento, las aves, las olas. Todo le decía qué había que pescar y dónde. Ese era su don.

Con sólo veinticuatro años es armador, y se une para siempre con el amor de su vida: Enma Palacios. Con ella tendría siete hijos: Dennis, Armando, Wilfredo, Walter, Luis, Rubén y Lesly. Armando, el segundo de sus hijos lo recuerda con mucha ternura: “Era muy alegre. Mentiría si recordara un mal rato con él”. “Posteriormente fue engreidor con sus nietos.”, rememora cariñosamente.

A los veinticinco años, Luis Barrera conoce a un joven, apenas dos años menor que él: Luis Banchero Rossi, el peruano más influyente en la pesca en la década de los años 60. Ahí están dos jóvenes que se dedicaban a la pesca con la serena tranquilidad y clara convicción de que estas son cosas necesarias.

Para Juan Hermoza Ríos, ex congresista y asesor en asuntos pesqueros, Don Lucho tuvo varias facetas, fue a la vez visionario, pionero y gestor del desarrollo de la pesca en el Perú.

“Recuerdo a Lucho porque siempre supo estar adelante en tecnología, sea en flota o sea en pesca”. Sentencia Juan Hermoza.

En sus inicios como empresario, se asoció con gente que fue un lastre para su desarrollo, pero rápidamente superó ese problema. Luego creó varias razones sociales, en diversas áreas de la economía. “Fue industrial armador, conservero, acuicultor, transportista, agricultor y metalmecánico”, afirma Juan Hermoza, “A todas sus empresas las interrelacionaba, porque entendía que debían ser un grupo o un consorcio, algo adelantado para su época”. Sin embargo, el centro de su mundo empresarial fue “Union Fish”, y a ella se dedicó principalmente.

Una reseña de don Lucho estaría incompleta, si solo se dice que fue un joven empeñoso y empresario de éxito. Diversos testimonios señalan que también tuvo una sensibilidad social muy especial. Él, que había venido desde abajo, sabía de los problemas de los pescadores; luego, como empresario y en una posición relevante, supo manejar los conflictos sindicales que se produjeron en los años setenta. Ahí están sus gestiones junto a monseñor Luis Bambarén, para solucionar el paro general del sindicato de pescadores de esos años.

Si estuviera con nosotros, el próximo 17 de marzo Luis Barrera cumpliría 78 años de edad. Quienes estuvieron cerca de él saben de sus esfuerzos para con la pesca, los pescadores y el desarrollo nacional. Recientemente Valentín Fernández, alcalde de Chimbote ha decretado que la avenida principal del distrito de Nuevo Chimbote lleve el nombre de Luis Barrera Mejía, como un justo homenaje póstumo. Por su parte la Cámara de Comercio, la Asociación Cívica, y el Sindicato de Pescadores, trabajan para que en el mediano plazo, en el Cercado de Chimbote se cree una plazuela que lleve el nombre de Lucho Barrera.

Así, “Arar en el mar”, una expresión que se usa para calificar una actividad improductiva, pierde sentido cuando se sabe que cientos y miles de hombres de mar a lo largo de nuestra costa, se empeñan con tesón y con mucho talento y creatividad en sacar los frutos que el riquísimo océano nos ofrece a diario. Uno de esos hombres fue Luis Barrera Mejía.

Luis Barrera Mejìa. Como presidente de Union Fish es uno de esos hombres de negocios que aparecen de manera recurrente en las listas de los más admirados por los empresarios peruanos. En vida, formó parte de la edad de oro de la pesca en el Perú. Desde este año una avenida llevará su nombre: Av. Luis Barrera Mejía.

Entrevista publicada en la revista " Pesca Responsable " de la Sociedad Nacional de Pesquería Año X N-39Link : http://snp.org.pe/contenido/revista/REVISTA%2038%20(ultima%20version%2013%20Marzo).pdf